Desde el principio de la humanidad las mujeres siempre se han reunido para hablar de sus propios asuntos, de los asuntos familiares y de los asuntos de la comunidad con el objetivo de avanzar, cambiar o mejorar las relaciones y sobre todo darse apoyo y sostén.

En épocas antiguas se reunían alrededor del fuego o en las tiendas rojas durante las menstruaciones, acompañaban y cuidaban a las mujeres durante el proceso del parto y en el post-parto.

En los últimos siglos estos encuentros y círculos han ido desapareciendo y las mujeres han perdido unos momentos que eran tan especiales y enriquecedores para ellas.

En los años 70 una mujer valiente, feminista y espiritual, llamada Jean Shinoda quiso volver a mostrar a las mujeres la importancia de estos círculos y de la conexión de mujer a mujer. Escribió algunos libros como «Las Diosas de cada Mujer» y «El Millonésimo Círculo«. Invitó a las mujeres a retomar los encuentros entre mujeres y disfrutar de la sororidad femenina.

En los Círculos de Mujeres que organizo hay momentos de relajación, de meditación guiada, baño sonoro con el tambor, momentos de compartir y soltar lo que cada una quiera, momentos de masaje o cuidado entre nosotras, momentos de escoger una carta de oráculo, momentos golosos… Cada Círculo de Mujeres es diferente y único dependiendo de las energías del momento y de las energías de cada mujer. Son momentos de reconexión con una misma, momentos de paz, de tranquilidad y de pausa en nuestras vidas ajetreadas.